Algunos de los milagros científicos, en resumen
Descripción: ¿Por qué el Islam es la verdadera religión de Dios?
- Por onereason.org
- Publicado 30 May 2016
- Última modificación 30 May 2016
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Desde los albores de la humanidad, hemos tratado de entender la naturaleza y nuestro lugar en ella. En esta búsqueda por el propósito de nuestra vida, mucha gente ha recurrido a la religión. La mayoría de las religiones están basadas en libros que, según afirman sus fieles, son inspiración divina, pero no tienen pruebas de ello. El Islam es distinto porque está basado en la razón y las evidencias.
Hay señales claras de que el libro del Islam, el Corán, es la Palabra de Dios, y tenemos muchas razones para apoyar esta afirmación:
·En el Corán encontramos hechos científicos e históricos que eran desconocidos para la gente de esa época, y que solo han sido descubiertos recientemente por la ciencia contemporánea.
·El Corán está en un estilo único de lenguaje que no puede ser replicado, esto es conocido como la "Inimitabilidad del Corán".
·Hay profecías hechas en el Corán y por el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) que se han cumplido.
En este artículo se exponen y explican los hechos científicos que se encuentran en el Corán, siglos antes de que fueran "descubiertos" por la ciencia contemporánea. Es importante anotar que el Corán no es un libro de ciencia sino un libro de "señales". Dichas señales están allí para la gente reconozca la existencia de Dios y acepte Su revelación. Como sabemos, la ciencia a veces hace un "giro en U" y cambia de sentido, de modo que lo que una vez fue científicamente correcto es falso unos años después. En este artículo solo se toman en consideración hechos científicos ya establecidos, no solo teorías o hipótesis.
Hechos científicos en el Corán
El Corán le fue revelado al Profeta Muhammad en el siglo VII.
La ciencia en esa época era primitiva, no había telescopios, microscopios ni nada parecido a la tecnología con que contamos en la actualidad. La gente creía que el Sol orbitaba la Tierra y que el cielo estaba sostenido por grandes columnas en las esquinas de la Tierra, que creían era plana. Dentro de este contexto histórico fue revelado el Corán, que contiene muchos hechos científicos sobre temas que van de la astronomía a la biología, de la geología a la sociología.
Algunas personas podrían afirmar que el Corán ha sido cambiado a medida que nuevos hechos científicos han sido descubiertos, pero este no es el caso porque está el hecho histórico documentado de que el Corán ha sido preservado intacto en su idioma original[1]. El Corán fue puesto por escrito y memorizado por la gente durante la vida del Profeta Muhammad. Una de las copias del Corán que fue escrita pocos años después de la muerte del Profeta Muhammad está preservada en un museo en Uzbekistán. Esta copia tiene más de 1.400 años de antigüedad y es exactamente el mismo texto en árabe que tenemos hoy día[2].
Los siguientes son nueve hechos científicos encontrados en el Corán:
1. El origen de la vida
El agua es fundamental para todos los seres vivos. Todos sabemos que el agua es vital, pero el Corán hace una afirmación muy inusual:
"¿Acaso los que se niegan a creer no reparan en que los cielos y la Tierra formaban una masa homogénea y la disgregué, y que creé del agua a todo ser vivo? ¿Es que aún después de esto no van a creer?" (Corán 21:30)
En este versículo el agua es señalada como el origen de toda la vida. Todos los seres vivos están hechos de células, y ahora sabemos que las células están hechas en su mayor parte de agua[3]. Por ejemplo, el 80% del citoplasma (material celular básico) de una célula animal común es descrito como agua en los libros de texto de biología.
El hecho de que los seres vivos consisten en su mayor parte de agua solo fue descubierto después de la invención del microscopio. En los desiertos de Arabia, lo último que se le habría ocurrido a alguien es que toda la vida proviene del agua.
2. El hierro
El hierro no es natural de la Tierra, no se formó en la Tierra, sino que llegó desde el espacio exterior. Esto puede sonar extraño, pero es cierto. Los científicos han encontrado que hace miles de millones de años, la Tierra fue bombardeada con meteoritos. Estos meteoritos trajeron hierro de estrellas distantes que habían explotado[4].
El Corán dice lo siguiente sobre el origen del hierro:
"Hice descender el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para la gente". (Corán 57:25)
Dios utiliza la palabra "descender" para el hierro. Este versículo deja claro que no es un material terrestre sino que fue descendido para beneficio de la humanidad. El hecho de que el hierro descendiera a la Tierra del espacio exterior es algo que no podía ser sabido por la ciencia primitiva del siglo VII.
3. La protección del cielo
El cielo juega un papel crucial en la protección de la Tierra. El cielo protege la Tierra de los rayos letales del Sol. Si el cielo no existiera, la radiación solar impediría la vida en la Tierra. El cielo también actúa como una manta que envuelve la Tierra, protegiéndola del frío congelante del espacio. La temperatura apenas por encima del cielo es de aproximadamente -270 °C. Si esta temperatura llegara a la Tierra, el planeta entero se congelaría de manera casi inmediata. El cielo también protege la vida en la Tierra al mantener la superficie caliente a través de la retención de calor (efecto invernadero) y de la reducción de las temperaturas extremas entre el día y la noche[5]. Estas son algunas de las muchas funciones protectoras del cielo.
El Corán nos pide que reflexionemos sobre el cielo en el siguiente versículo:
"Hice del cielo un techo protector, pero aun así los que se niegan a creer rechazan reflexionar en Mis signos". (Corán 21:32)
El Corán señala la protección que brinda el cielo como una señal de Dios. Las propiedades protectoras del cielo fueron descubiertas por la investigación científica llevada a cabo en el siglo XX.
4. Las montañas
El Corán llama nuestra atención sobre una característica muy importante de las montañas[6]:
"¿Acaso no hice de la tierra un lecho, y de las montañas estacas?" (Corán 78:6-7)
El Corán indica que las montañas tienen raíces profundas mediante la palabra "estacas" para describirlas. De hecho, las montañas tienen raíces profundas y la palabra "estacas" es una descripción adecuada para ellas. Un libro titulado Tierra, del geofísico Frank Press, explica que las montañas son como estacas y están enterradas profundamente bajo la superficie de la Tierra. El Monte Everest, cuya altura es de casi 9 Km. sobre el nivel del mar, tiene una raíz de más de 125 Km[7].
El hecho de que las montañas tienen profundas "estacas" como raíces no fue conocido sino hasta después del desarrollo de la teoría de las placas tectónicas, a comienzos del siglo XX[8].
5. Expansión del universo
En una época en que la ciencia de la astronomía era muy primitiva, la expansión del universo fue descrita en el Corán:
"Yo soy Quien construí el universo con [Mi] poder [creador]; y soy Yo quien lo expande continuamente". (Corán 51:47)
El hecho de que el universo está en expansión continua fue descubierto en el último siglo. El físico Stephen Hawking en su libro Breve historia del tiempo escribe: "El descubrimiento de que el universo está en expansión fue una de las grandes revoluciones intelectuales del siglo XX".
¡El Corán mencionó la expansión del universo mucho antes de que fuera inventado el telescopio!
6. La órbita solar
En 1512, el astrónomo Nicolás Copérnico propuso su teoría de que el Sol está inmóvil en el centro del Sistema Solar, y que los planetas giran a su alrededor. La creencia de que el Sol es estacionario estaba muy difundida entre los astrónomos hasta el siglo XX. Ahora es un hecho científico bien establecido que el Sol no está fijo, sino que se mueve en una órbita alrededor del centro de la galaxia, la Vía Láctea[9].
El Corán menciona la órbita del Sol:
"Él es Quien creó la noche y el día, el Sol y la Luna. Cada uno recorre su órbita". (Corán 21:33)
El Corán estaría en un error para los astrónomos de hace apenas unas décadas. Pero ahora sabemos que el relato coránico del movimiento del Sol es consistente con la astronomía moderna.
7. El océano
El Corán utiliza metáforas para transmitir sus significados profundos, aquí se describe el estado de los incrédulos así:
"[El estado de los que se negaron a creer es] como tinieblas en un mar profundo cubierto de olas, unas sobre otras, que a su vez están cubiertas por nubes. Son tinieblas que se superponen unas sobre otras. Si alguien mirase su mano, apenas podría distinguirla. De este modo, a quien Dios no ilumine jamás encontrará la luz". (Corán 24:40)
Se piensa comúnmente que las olas solo ocurren en la superficie del océano. Sin embargo, los oceanógrafos han descubierto que hay olas internas que tienen lugar bajo la superficie del océano. Estas olas son invisibles al ojo humano, y solo pueden ser detectadas con equipo especializado[10]. El Corán menciona la oscuridad, en un océano profundo, encima de la cual hay olas y luego nubes sobre ellas. Esta descripción no solo es notable, ya que describe las olas internas en el océano, sino que también describe la oscuridad en las profundidades del océano. Un ser humano no puede sumergirse más de 70 metros sin equipo de buceo. La luz está presente a esa profundidad, pero si bajamos 1.000 metros está completamente oscuro[11]. Hace 1.400 años no había submarinos ni equipos especializados para descubrir las olas internas ni la oscuridad de las profundidades oceánicas.
8. Las mentiras y movimiento
Hubo un cruel líder tribal opresor llamado Abu Yahl, que vivió en la época del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Dios reveló una aleya coránica para advertirle:
"Si no pone fin [a sus agresiones contra los creyentes] lo arrastraré por su frente, esa frente mentirosa y perversa". (Corán 96:15-16)
Dios no llama a este individuo mentiroso, sino que llama mentirosa y perversa a su frente (la parte frontal del cerebro), y le advierte que se detenga.
Este versículo es significativo por dos razones: la primera es que la parte frontal de nuestro cerebro es la responsable del movimiento voluntario[12], esto se conoce como el lóbulo frontal. Un libro titulado Fundamentos de anatomía y psicología, que incluye los resultados de la investigación sobre las funciones en esta área, afirma: "La motivación y la capacidad para planificar e iniciar movimientos ocurre en la porción anterior del lóbulo frontal, el área prefrontal[13]. El versículo informa que la parte del cerebro que es responsable del movimiento será agarrada y arrastrada si la persona no se detiene.
Segundo, numerosos estudios han mostrado que esta misma región (el lóbulo frontal) es responsable por la función cerebral de la mentira[14]. Un estudio realizado en la Universidad de Pennsylvania en la que voluntarios fueron interrogados y sus respuestas computarizadas, encontró que cuando los voluntarios mentían había un aumento significativo de actividad en las cortezas prefrontal y premotora, en la región del lóbulo frontal[15].
La parte frontal del cerebro es responsable del movimiento y de la mentira. El Corán enlaza el movimiento y la mentira a esta área. Estas funciones del lóbulo frontal fueron descubiertas con un equipo de imagen médica que fue desarrollado en el siglo XX.
9. Los receptores del dolor
Por mucho tiempo se creyó que el sentido del tacto y el dolor dependían del cerebro. Sin embargo, se ha descubierto que hay receptores del dolor en la piel[16]. Sin estos receptores de dolor, una persona no estará en capacidad de sentir dolor.
Consideremos el siguiente versículo sobre el dolor:
"A quienes nieguen la revelación los arrojaré al Fuego. Cada vez que se les queme la piel, se la cambiaré por otra nueva para que continúen sufriendo el castigo. Dios es Poderoso, Sabio". (Corán 4:56)
Dios le dice a aquellos que rechacen Su mensaje, que cuando estén en el Infierno y sus pieles se quemen por completo (de modo que ya no puedan sentir más dolor), Él les dará pieles nuevas para que sigan sintiendo dolor.
El Corán deja en claro que el dolor depende de la piel. El descubrimiento de los receptores de dolor en la piel es relativamente reciente en la biología.
Conclusión
Estos son solo algunos de los muchos hechos científicos que hallamos en el Corán. Es importante anotar que el Corán no es un libro de ciencia, pero es consistente con la ciencia. Afirmar que los hechos científicos en el Corán son mera coincidencia sería irracional. La mejor explicación es que Dios reveló su conocimiento al Profeta Muhammad.
Al igual que el Corán contiene conocimiento sobre el mundo natural, también contiene información sobre las dimensiones internas de nuestras almas. Tiene que ver con nuestros sentimientos, deseos y necesidades. El Corán nos informa que tenemos un propósito en nuestras vidas, y que seguir la guía de Dios nos llevará a una paz interior en esta vida y al Paraíso en la otra. Y que rechazar Su mensaje nos llevará a la depresión en esta vida y al Infierno en la otra.
"Los haré ver Mis signos en los horizontes y en ellos mismos, hasta que se les haga evidente la Verdad. ¿Acaso no es suficiente tu Señor como Testigo de todo?" (Corán 41:53)
Pie de página:
[1] El Corán Magnífico: Una historia única de preservación.
[2] http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/asia-pacific/4581684.stm
[3] Bruce Alberts, Fundamentos de biología celular.
[4] M. E. Walrath, Historia de la formación de la Tierra.
[5] Joseph M. Moran, Meteorología: La atmósfera y la ciencia del clima.
[6]Terry A. Hicks, ¿Cómo se forman las montañas?
[7]Frank Press y Raymond Siever, Tierra.
[8] Naomi Oreskes, Plate Tectonics: An Insider’s History Of The Modern Theory Of The Earth [10]. Stephen Hawking, A Brief History Of Time.
[9] Lambert M. Surhone, Período orbital: Órbita, Sol, Tierra, conjunción, nodo orbital, ápsis, áxis semimayor.
[10] M. Grant Gross, Oceanografía: Una visión de la Tierra.
[11] Danny Elder, Océanos.
[12] http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/2289137
[13] Rod R. Seeley, Fundamentos de anatomía y psicología.
[14] http://cercor.oxfordjournals.org/content/20/1/205.full.pdf
[15]http://www.americanscientist.org/issues/pub/2002/3/diogenes-new-lamp
[16]Michael Darmon, Biología molecular de la piel: El queratinocito.
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