¿Dios se hizo hombre? (parte 5 de 5)
Descripción:
- Por Dr. Bilal Philips
- Publicado 31 Mar 2008
- Última modificación 31 Mar 2008
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¿Dios tuvo un hijo?
Si Dios no se hizo hombre, ¿tuvo Él un hijo? Puesto que Dios puede hacer cualquier cosa, debería poder tener un hijo. Sin embargo, esa afirmación reduce a Dios al estatus de Su creación. Las criaturas procrean engendrando versiones más pequeñas de sí mismas, que luego crecen y reproducen copias de sí mismas, y así sucesivamente. Los perros tienen cachorros, las vacas tienen terneros y los hombres tienen bebés. Por lo tanto, ¿qué tiene Dios – un Dios bebé? Los Dioses deben engendrar Dioses. Pero para que Dios tenga un hijo, debe existir otro Dios aparte de Él. No es propio de Dios tener un hijo, pues eso Lo igualaría con Su creación.
Todo lo que no es Dios pasa a existir por mandamiento de Dios, no es que Dios se convierte en Su creación o que una parte de Dios se convierte en Su creación. Dios no se convierte en Su creación ni tampoco engendra creación. Dios es Dios, el Creador; y el hombre y el contenido del universo son Su creación. Aunque los humanos no puedan captar el concepto de crear algo a partir de la nada, eso es exactamente lo que Dios hizo y hace. Sólo Él crea a partir de la nada, lo cual es uno de los atributos que Lo hacen único y distinto de Su creación. Su acto de creación es totalmente distinto al de los seres humanos.
Esa fue la esencia del mensaje de todos los verdaderos mensajeros y profetas de Dios enviados a la humanidad – Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad –; como también de aquellos enviados por todo el mundo y cuyos nombres son ahora desconocidos para la humanidad – que la paz y las bendiciones de Dios desciendan sobre todos ellos. Hoy día, este mensaje preciso sólo puede encontrarse en el Corán: la última escritura revelada por Dios a la humanidad. Este mensaje permanece fuerte y claro sólo en el Corán porque ha permanecido inalterado desde el momento de su revelación, más de mil cuatrocientos años atrás, hasta el día de hoy.
Dios dice lo siguiente en el Corán a quienes pretenden igualarlo con Su creación, o viceversa:
“…No hay nada ni nadie semejante a Dios…” (Corán 42:11)
También dice lo siguiente a aquellos que Le atribuyen un hijo:
“No es propio [de la grandiosidad] del Clemente tener un hijo.” (Corán 19:92)
Agrega lo siguiente para aquellos que creen que Él creó el mundo a partir de Sí mismo:
“Ciertamente cuando decide decretar algo dice: ¡Sé!, y es.” (Corán 36:82)
A los politeístas les dice:
“Dios no ha tenido un hijo, ni existe otra divinidad salvo Él. Si así fuera, cada divinidad acapararía su propia creación, y entonces pretenderían predominar unas sobre otras. ¡Glorificado sea Dios! Dios está por encima de lo que Le atribuyen.” (Corán 23:91)
Les pregunta a los ateos:
“¿Acaso surgieron de la nada [sin Creador] o son ellos sus propios creadores?” (Corán 52:35)
En referencia a Jesús y su madre María, confirmó el carácter humano de ambos diciendo estas simples palabras:
“El Mesías hijo de María es sólo un Mensajero, igual que los otros Mensajeros que le precedieron, y su madre fue una fiel y veraz creyente. Ambos comían alimentos [como el resto de la humanidad]...” (Corán 5:75)
Es muy importante que todo ser humano comprenda el concepto de que Dios no se hace hombre, ya que este es el fundamento que diferencia al Islam de las otras religiones existentes. Todas las otras religiones tienen un concepto distorsionado de Dios, de una forma u otra. La idea más importante a entender es que Dios no se hizo hombre. Dios es único; sólo Él merece ser adorado por Su creación. Creer que un hombre es Dios o que un hombre se hizo Dios y adorar a ese hombre, es el mayor de los pecados y el mayor mal que los humanos pueden cometer en este mundo. Entender ese concepto es de extrema importancia porque forma la base para la salvación. No puede haber salvación sin no se acepta ésto. Sin embargo, esta creencia por sí sola no significa la salvación. Una verdadera y correcta creencia debe traducirse en hechos prácticos, y no permanecer en el ámbito del conocimiento, para convertirse en una fe pura. El ser humano tiene que llevar una vida de rectitud, basada en la creencia correcta, para poder lograr la salvación. Pero el punto de partida es saber quién es Dios, saber que Dios nunca se hizo y nunca se hará ser humano.
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