Amirah, excristiana, Estados Unidos

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Descripción: Cómo la hija de un ministro bautista abrazó el Islam.

  • Por Amirah
  • Publicado 20 Jul 2015
  • Última modificación 20 Jul 2015
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spa_Amirah__Ex-Christian__USA_001.jpgNací en Arkansas, Estados Unidos, de padres cristianos que también nacieron en Arkansas. De hecho, hasta donde puedo rastrear mis ancestros, toda mi familia proviene de estados sureños de los Estados Unidos. Fui criada aquí y pasé toda mi vida en una granja, en la que te levantas en la mañana, ordeñas las vacas, alimentas las gallinas y haces el resto de las tareas. Mi padre era un ministro bautista, es decir, de una denominación cristiana, como los católicos, metodistas, etc.

Todas estas religiones son "cristianas" pero con doctrinas distintas. Un musulmán podría entender esto de manera similar a las diferencias entre sunitas y chiíes. A propósito, soy sunita. El pueblo en el que vivía está habitado completamente por personas cristianas de raza blanca. De hecho, ese es el panorama en 500 kilómetros a la redonda. De modo que yo jamás estuve expuesta a ninguna otra cultura ni religión. Pero siempre había pensado que todos fuimos creados iguales a los ojos de Dios, y que no existe diferencia de raza, color, cultura ni práctica religiosa. Más tarde descubrí que para ellos es fácil predicar y enseñar en tanto se mantengan cerrados de mente y esta otra gente no invada su mundo.

La primera vez que vi a un musulmán fue mientras estaba estudiando en la Universidad de Arkansas. Admito que al principio quedaba pasmada ante las mujeres en sus "ropas diferentes" y los hombres con toallas enrolladas en la cabeza y llevando "trajes de noche". Sin embargo, cuando me sentí lo suficientemente cómoda como para preguntar acerca del Islam, esto inició una ‘reacción en cadena’, una búsqueda sin fin del conocimiento que ya no se agotaría. ¡Alhamdulillah (alabado sea Dios)!

Conocí a una mujer de Palestina a la que nunca olvidaré. Ella me habló de su país y de su cultura. Quedé especialmente fascinada por lo que ella me decía sobre el Islam. Fue maravilloso, ¡nunca había visto una persona con tal sentido de paz interior! Si bien nunca se lo había confesado a nadie, siempre había cuestionado en mi mente el concepto de lo que los cristianos llaman ‘Trinidad’, por qué tenemos que rezarle a Jesús (Dios lo bendiga) y no directamente a Dios, y por qué se hace tanto énfasis en ‘Cristo’ y no en Dios.

Mi amiga hizo cuanto pudo para convencerme de que el Islam es la única religión que me llevaría al cielo, y que no es solo una religión más, es toda una forma de vida. Ella se graduó seis meses después y regresó a Palestina. Fue asesinada dos semanas después fuera de su casa. Quedé devastada, fue como si una parte de mí hubiera muerto con ella. Sabíamos que cuando ella regresara a su hogar nuestras posibilidades de volvernos a ver en esta vida eran mínimas, pero ella me dijo que lo más importante para ella era que quería verme en el Más Allá en el Paraíso.

Durante esta época conocí y me hice amiga de mucha gente de Oriente Medio. Ellos también me ayudaron a superar la pérdida de mi amiga. Fue entonces cuando me enamoré del idioma árabe. Es muy hermoso.

Escuchaba grabaciones del Corán durante horas, a pesar de que no tenía idea alguna de lo que decían. Incluso hoy día, me encanta que alguien me lea partes del Corán aunque sigo sin entender lo que dicen, pero me sigue tocando el corazón y el alma. No tuve tiempo de aprender nada de árabe en la universidad, tenía suerte si recordaba mis tareas. Pero estoy esforzándome mucho ahora en aprender a hablarlo y leerlo, Insha’Allah (si Dios lo permite). Y aquellos que me hayan escuchado hablar en árabe o escribir en "arabeñol" pueden atestiguar cuán lejos estoy de lograrlo. Y les agradezco su paciencia y tutoría.

Después de la universidad regresé a mi comunidad, y ya no tuve más el honor de tener musulmanes a mi alrededor nunca más. Pero la sed de conocimiento nunca me abandonó ni mi amor y mi deseo por el idioma árabe, lo cual enfureció a mis padres y a otros amigos. Esto me confundió, porque siempre había pensado que todos somos iguales ante los ojos de Dios. Creo que había ciertas excepciones a este concepto para mis amigos y mi familia.

Entonces, en la primavera de 1995, Dios trajo a alguien a mi vida. Esta persona era un ejemplo maravilloso de lo que debe ser un musulmán y de lo que es el Islam, y de nuevo comencé a hacer preguntas. Fui llevada por primera vez a una mezquita. Ese es un recuerdo que permanecerá indeleble en mi memoria.

Durante 8 meses estudié todo lo que él pudo encontrar para mí y leí y escuché grabaciones continuamente. Luego, el 15 de febrero de 1996 abracé oficialmente el Islam. ¡¡¡¡¡ALHAMDULILLAH!!!!! [Alabado sea Dios].

Nuestro compromiso se rompió porque sus padres estaban en contra de la idea de que él se casara con una estadounidense. A pesar de que ya no estamos relacionados, lo respeto y admiro mucho. Y nunca dejaré mi Islam.

Desde ese 15 de febrero mi vida ha dado muchas vueltas. Cuando me comprometí con un "árabe" o "extranjero" mi familia se conmocionó y rara vez me dirigían la palabra. También perdí a muchos de mis amigos estadounidenses. Y cuando abracé el Islam, mi familia primero trató de mantenerme internada en un hospital psiquiátrico, pero como eso no funcionó, me repudiaron. Solo me llamaban de vez en cuando para manifestar su deseo de que pudra en el infierno. También recibí llamadas de mis supuestos amigos que me decían lo mismo. Esto duele, sí, incluso a pesar de que mi familia y yo hemos tenido muchas diferencias, pero sigo amándolos profundamente.

Alhamdulillah wa Subhanaallah, mi Eeman (fe islámica) es fuerte.

La última vez que hablé con mi familia fue dos días después del ataque con bomba en Arabia Saudita. Mi tío y mi primo murieron por la bomba, y mi familia me llamó para contarme la noticia y asegurarme que los miembros de mi familia que murieron allí me amaban, pero su sangre estaba en mis manos y en las de mis amigos terroristas. Lloré durante días, pero una vez más, mi Eeman se mantuvo fuerte y continuó.

El siguiente giro en mi vida fue cuando regresé a casa una tarde cuatro días después del ataque, y encontré que alguien le había disparado a las ventanas de mi casa y habían hecho una pinta en uno de los costados de uno de mis vehículos con la frase "AMANTE DE TERRORISTAS". La policía no me brindó ninguna ayuda. Esa misma noche, mientras chateaba en el "Chat Musulmán" escuché disparos afuera. Ellos habían regresado, acabaron con todas las ventanas que quedaban en mi casa y mataron a mis mascotas que estaban fuera.

Cuando llegaron los policías, me dijeron que a menos que pudiera dar identificaciones positivas de los atacantes y de los vehículos que conducían, les resultaría imposible encontrarlos. Les rogué que verificaran mis vehículos en búsqueda de cualquier daño; yo quería irme a un motel para sentirme más segura. Me dijeron que no lo hiciera, pues les preocupaba que uno de mis amigos "terroristas" hubiera puesto una bomba en alguno de ellos a modo de trampa para la policía. Caí de rodillas llorando, implorándole a Dios Su misericordia y Su guía.

Al-lah me respondió con total fidelidad. Una noche fui atacada en un parqueadero por un desconocido que me golpeó, me apuñaló, me rompió la muñeca y me fracturó algunas costillas. Este hombre fue capturado y está esperando juicio, pero en este momento no está en prisión, solo está haciendo servicio público para la ciudad. La semana pasada cuando fui a recoger mi ropa a la lavandería, me dijeron que la habían perdido; lo que se perdió incluía mis hijabs, jilbabs, abayahs y khimars. ¡Qué conveniente para ellos haber perdido estas prendas!

La ciudad en la que vivo es muy pequeña y no hay más musulmanes ni ningún otro árabe en las cercanías. La mezquita más cercana está a 200 kilómetros de distancia. Pero aunque estoy sola y no tengo a ningún otro musulmán qué visitar ni de quién aprender, ¡Alhamdulillah, Dios siempre está conmigo!

El poco conocimiento que tengo del Islam lo he obtenido leyendo todo lo que encuentro en internet, y a través de mis verdaderos amigos y familiares en internet. Nunca me rendiré... pero me gustaría agradecerle especialmente a mi hermano palestino por su amor, apoyo, amistad y sus oraciones durante las últimas semanas. Tú sabes quién eres. Dios te bendiga abundantemente. Y a mis demás hermanos y hermanas musulmanes en internet, los amo y les agradezco.

No escribo esta historia buscando compasión. Solo les pido a cada uno de ustedes que recen por mí, y también quiero asegurarle a todo aquel que lea esto que Dios nunca lo defraudará.

Los amo.

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