L'articolo / video che hai richiesto non esiste ancora.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
आपके द्वारा अनुरोधित लेख/वीडियो अभी तक मौजूद नहीं है।
The article/video you have requested doesn't exist yet.
Makala/video uliyoomba bado haipo.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
요청한 문서 / 비디오는 아직 존재하지 않습니다.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
המאמר / הסרטון שביקשת אינו קיים עדיין.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
L'articolo / video che hai richiesto non esiste ancora.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
आपके द्वारा अनुरोधित लेख/वीडियो अभी तक मौजूद नहीं है।
The article/video you have requested doesn't exist yet.
Makala/video uliyoomba bado haipo.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
요청한 문서 / 비디오는 아직 존재하지 않습니다.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
המאמר / הסרטון שביקשת אינו קיים עדיין.
The article/video you have requested doesn't exist yet.
El sacerdote compartió su historia, había sido misionero para la iglesia durante más de 12 años, en Sudamérica, Centroamérica, México y hasta en el barrio marginal de Hell’s Kitchen en Nueva York. Cuando fue dado de alta del hospital necesitaba un sitio donde quedarse; y en vez de dejarlo irse y que lo hospedara una familia católica, le dije a mi padre que debíamos invitarlo a que viviera en el campo junto a nuestras familias y Mohamed. Estuvimos todos de acuerdo en que haríamos eso, él se mudó con nosotros inmediatamente.
Durante el viaje de camino a casa hablé con el sacerdote acerca de algunos conceptos de las creencias islámicas, para sorpresa mía estuvo de acuerdo y compartió aún más sobre ello conmigo. Me asombré cuando me dijo que los sacerdotes católicos debían estudiar el Islam y que algunos hasta ostentaban doctorados sobre ese tema. Esto me era muy esclarecedor, aunque todavía había mucho por venir.
Después de que el sacerdote se instaló, cada noche nos reuníamos todos después de la cena alrededor de la mesa de la cocina, donde discutíamos tópicos sobre religión. Mi padre llevaba su versión King James de la Biblia, mi esposa llevaba otra versión de la Biblia (algo así como Las Buenas Nuevas de Jimmy Swaggart para el Hombre Moderno) y yo llevaba mi Versión Revisada Estándar de la Biblia. El sacerdote, por supuesto, llevaba la Biblia Católica, la cual incluye 7 libros más que la Biblia protestante. En realidad, pasábamos más tiempo discutiendo acerca de cuál Biblia era la verdadera o la más correcta, de lo que pasábamos tratando de convencer a Mohamed de convertirse en cristiano.
Recuerdo una vez en que le pregunté a Mohamed respecto al Corán y sobre cuántas versiones existieron del mismo en los pasados 1.400 años. Me respondió que solamente había UN CORÁN –en árabe– y que jamás fue modificado. Me explicó que el Corán fue memorizado y esparcido en todo el planeta por cientos de miles de personas. A través de los siglos, y a partir de la revelación del mismo, millones lo memorizaron completamente y se lo enseñaron a otros que también lo memorizaron completamente, de principio a fin y sin errores. Hoy en día, más de 9 millones de musulmanes memorizan el Corán íntegramente.
Esto no me parecía real. Al fin y al cabo, las lenguas originales de la Biblia han sido lenguas muertas por siglos, y los auténticos documentos se perdieron ya desde hace miles de años. Por lo tanto, ¿cómo podía ser que algo como esto fuera tan fácil de preservar y recitar de principio a fin?
Un día, el sacerdote le preguntó a Mohamed si podía acompañarlo a la mezquita para ver cómo era. Regresaron hablando de su experiencia y no podíamos esperar a preguntarle al sacerdote cómo fue y qué tipos de ceremonias se habían llevado a cabo. Nos contó que en realidad no hacían algo específico. Tan sólo llegaron, rezaron y se fueron. Pregunté: “¿Se fueron? ¿Sin discursos ni himnos?” Asintió: “Así es”.
Pasaron pocos días y el sacerdote católico le preguntó a Mohamed si podía acompañarlo a la mezquita nuevamente, lo cual sucedió. Aunque esa vez fue excepcional. Tomaron más tiempo del usual en regresar, anocheció y temimos que les hubiese sucedido algo. Finalmente llegaron, y cuando se acercaron a la puerta reconocí a Mohamed inmediatamente, pero ¿quién era la persona al lado suyo? Vestía una bata y gorro blancos. Pensé: “¡Aguarden!” ¡Era el sacerdote! Le pregunté: “¿Pete?...¿Te hiciste musulmán?”
Dijo haberse convertido al Islam ese mismo día. ¡¡¡EL SACERDOTE SE HIZO MUSULMÁN!!! ¿Qué seguiría? (Ya verán).
Sus favoritos está vacio. Puede agregar artículos a esta lista con Herramientas del artículo.
Su historial está vacio
Por qué registrarse? Esta página web tiene diferentes características diseñadas especialmente para usted, como: sus favoritos, su historial, marcar artículos que usted ha previamente leido, enumerar los artículos que han sido publicados desde su última visita, cambiar el tamaño de la fuente, y más. Estas caracteristicas están basadas en cookies y van a funcionar solamente cuando usted use la misma computadora. Para activar esas características especiales desde cualquier computadora, usted debe ingresar al visitar esta página.
Ingrese su nombre de usuario y dirección de e-mail luego haga click en el botón de enviar contraseña. Usted recibirá su contraseña en breve. Use la nueva contraseña para acceder a la página web.