El consejo de Luqmán a su hijo (parte 2 de 2): Comenzar con una base firme

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Descripción: Continuamos el estudio de los consejos de Luqmán, el sabio, a su hijo.

  • Por Aisha Stacey (© 2016 IslamReligion.com)
  • Publicado 12 Sep 2016
  • Última modificación 12 Sep 2016
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Luqman2.jpgDios le otorgó sabiduría a Luqmán. Sabiduría implica seguir el ejemplo de los profetas, llamando a la gente a adorar solo a Dios. Además de esto, implica enseñarles cómo hacerlo, en la mejor forma posible, comenzando con los aspectos más importantes. Luqmán quería lo mejor para su hijo y le dio un consejo que lo mantendría en buena posición en este mundo y en el Más Allá. Este consejo se mantiene válido en cualquier época, y los padres que luchan por educar niños creyentes hoy en día, se benefician mucho de este consejo. Ya hemos expuesto las primeras tres partes importantes del consejo, que eran adorar solo a Dios, ser obediente con los padres, y reconocer que Dios tiene control completo sobre todas las cosas. En la segunda parte, continuamos con esta exposición.

4."¡Oh, hijito! Haz la oración…". (Corán 31:17)

Luqmán le aconsejó a su hijo que ore con regularidad y en los tiempos prescritos. Todos los padres deben enseñarles a sus hijos no solo cómo rezar, sino por qué rezamos y cuál es la importancia de la oración. La palabra árabe para oración es salát y denota conexión. La oración es nuestra forma de conectarnos con Dios y de mantener una conexión con Él. Orar en las horas establecidas sirve de recordatorio de por qué estamos aquí, y ayuda a alejar los pensamientos y las acciones del pecado, manteniéndonos en el recuerdo de Dios.

5. "…ordena el bien y condena el mal…". (Corán 31:17)

Hacer el bien y prohibir el mal es una responsabilidad de todo creyente, gobernantes y súbditos, hombres y mujeres, cada quien según su habilidad. El Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "Quien vea una mala acción, que la cambie con su mano (actuando); si no puede, que lo haga con su lengua (manifestándose al respecto); y si no puede, entonces que lo haga con su corazón (sintiendo que eso está mal), y esto último es lo más débil de la fe"[1].

6."…y sé paciente ante la adversidad…". (Corán 31:17)

Luqmán le aconseja a su hijo que realice bien la oración, haga el bien, prohíba el mal, y luego le recomienda que sea paciente al tratar con la gente en todos los asuntos. El yerno del Profeta Muhammad, Ali ibn Abi Talib, definió la paciencia como "buscar la ayuda de Dios"[2]. Recordar a Dios y contemplar Su grandeza es la llave de la paciencia, y la paciencia es la llave del Paraíso eterno; por lo tanto, este es un consejo realmente sabio.

7."No rechaces a la gente con orgullo…". (Corán 31:18)

Trata de no actuar como si fueras mejor que los demás. La humildad es una cualidad muy deseable a la que todo creyente debe aspirar. La humildad puede guiarnos al Paraíso, así como su opuesto, la arrogancia, puede llevarnos al infierno. La arrogancia o carencia de humildad de Satanás, no solo causó su expulsión del Paraíso, sino que lo condenó a él y a sus seguidores al Infierno. El Profeta Muhammad no se comportó nunca con los demás como si él fuera mejor que ellos, ni tampoco despreció el trabajo manual. Uno de sus compañeros reportó que el Profeta Muhammad trabajaba feliz al lado de empleados u obreros.

8."…no andes por la Tierra como un arrogante. Dios no ama a los presumidos ni a los engreídos". (Corán 31:18)

Caminar por la tierra con insolencia es otra forma de arrogancia. Es como si Luqmán hubiera querido resaltar la importancia de la humildad. Todas las personas son iguales a los ojos de Dios, lo único que las distingue es la piedad. El Profeta Muhammad, sus compañeros y las primeras generaciones de musulmanes entendieron el concepto de humildad. La siguiente es la historia de un hombre que caminaba por la Tierra con insolencia.

Durante su califato, Úmar ibnul Jatab iba marchando con su ejército a Damasco. Abu Ubaida estaba con él. Llegaron a un pequeño lago, Úmar descendió de su camello, se quitó los zapatos, los amarró juntos y los colgó en su hombro. Luego tomó el cabestro de su camello y entraron juntos al agua. Al ver esto frente al ejército, dijo Abu Ubaida: "¡Oh, Comandante de los creyentes! ¿Cómo puedes ser tan humilde frente a todos tus hombres?". Úmar respondió; "¡Ay de ti, Abu Ubaida! ¡Cómo puedes decir algo así! Pensamientos como ese serán la causa de la caída de todos los musulmanes. ¿No ves que, de hecho, éramos gente baja? Dios nos elevó a una posición de honor y grandeza a través del Islam. Si nos olvidamos de lo que somos y deseamos que algo distinto al Islam nos eleve, Aquel que nos elevó seguramente nos rebajará"[3].

9."Sé modesto en tu andar…". (Corán 31:19)

Un proverbio de indígenas de Norteamérica nos dice que seremos conocidos por las huellas que dejemos. Luqmán está aconsejando a su hijo que camine sobre esta Tierra con cuidado y no irrumpa con botas pesadas en las situaciones. Él está aconsejando que la paciencia y la humildad deben ser normales en una persona, o como decimos en la actualidad, debe ser su comportamiento por defecto. Los creyentes deben ser conocidos por la humildad, la mansedumbre y la misericordia en su comportamiento.

10. "…y habla sereno, que el ruido más desagradable es el rebuzno del asno". (Corán 31:19)

Y, por último, Luqmán le aconseja a su hijo que baje la voz. Ser ruidoso y áspero, dice, hace que la voz propia suene como el rebuzno de los burros. Gritar no gana corazones, ofende y aleja a la gente.

Luqmán, el sabio, le da a su hijo este consejo con 10 piezas de sabiduría. Es importante resaltar que Luqmán comienza con la lección más importante, creer en Un solo Dios. Él también aclara que unir a otros con Dios en la adoración es el único pecado imperdonable. A continuación, tras poner los fundamentos de la fe, Luqmán le recuerda a su hijo los valores esenciales que un musulmán debe esforzarse por adquirir, mientras que al mismo tiempo evita el orgullo y la arrogancia. Cuando los padres puedan transmitir estas 10 piezas de consejo a sus hijos, estarán sentando las bases para una vida feliz. Si los hijos pueden modelar su comportamiento como se lo muestran sus padres y cuidadores, será aún mejor.



Pie de página:

[1] Sahih Múslim.

[2] Ibn Qaiem Al Jawziyah, 1997, Paciencia y gratitud, traducción al inglés, Reino Unido, Ta-Ha Publishers. P12.

[3] As-Salabi, Dr. Ali Muhammad. ‘Umar Ibn Al Jattab: Su vida y época. International Islamic Publishing House. Arabia Saudita (2007).

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